Desafortunadamente, no se pudo refrendar la línea ascendente tras perder el C.B. Canarias el pasado domingo en el Pabellón Santiago Martín ante el ICL Manresa por 65 a71, quedándose a las puertas de sumar su tercera victoria de la temporada.
La sensación que tuvimos que los aurinegros estaban atenazados por los nervios, que la presión por agradar y conseguir la tercera victoria nos podía, unido, al típico arbitraje que nos tiene acostumbrado el ínclito Hierrezuelo, que nos da la impresión que tiene una cuenta pendiente con nosotros.
Un encuentro malo, donde las causas a nuestro modo de ver estuvo en el patético porcentaje de acierto desde la línea de 6,75 con tan solo un 19 % en triples, los fallos en la línea de tiros libres en momentos decisivos, el rebote y la mala dirección de los bases, sobre todo de un Davin White que no nos termina de convencer, siendo extremadamente irregular.
Otros aspectos, que no terminamos de entender, son los excesivos minutos jugados por Saúl Blanco, tras salir de una larga lesión, la no continuidad en cacha de Petit Niang, autor de 9 puntos y factor revulsivo, que consiguió cerrar el rebote e intimidar a las torres manresanas (Sobre todo Dejan Musli con 2,13), que nos permitió correr, y ya sabemos, que este equipo necesita correr para estar en sus salsa.
Un Tim Abromaitis, que tras un triple inicial, estuvo ausente durante el encuentro, un Nico Richotti, con demasiados errores y sobre todo reiterándolos, con un Salva Arco, que ni fu ni fa, un Joseph Jones descentrado, y en general el equipo atenazado.
Ahora toca, corregir errores, continuar trabajando y prepara el próximo encuentro ante uno de los grandes de la Liga Endesa; Laboral Kutxa Baskonia.
