Los ojos como platos, se nos quedaba a los aficionados, ante la fulgurante puesta en escena de los aurinegros. Los canaristas parecía ese equipo que tanto nos agrada a los seguidores, corriendo el contrataque y buscando el tiro exterior, sin tanta reiteración en el “pick and roll o pick and pop” que resulta hasta cansino. Pero todo esto fue un espejismo porque volvíamos a la pura realidad, la carencia de un “tirador puro”, nos tiene condenado, no se circula el balón, todo está mediatizado a las penetraciones y la famosa jugada de pick and roll.
Minuto tras minuto, el líder, iba tomando las riendas del encuentro, nosotros a base de entradas y de algún tiro exterior, intentábamos aguantar. Ante nuestra fórmula de juego, el mejor antídoto para cualquier equipo rival es “la zona” como así lo hizo el Real Madrid.
La sensación que nos quedó a muchos que el encuentro no lo ganó el equipo blanco sino que lo perdimos nosotros. Lo que es innegable, fue la capacidad de lucha, el trabajo que se realizó en defensa, pero insuficiente ante el mejor ataque de Europa. Al final se cosechó la tercera derrota de la liga regular (74-84) con un resultado, que no refleja lo ocurrido en la cancha.